Ana Alejandre
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Fotografía ABC |
Durante los
meses que ha durado la caza y captura del llamado pederasta de Ciudad Lineal,
muchos padres de niñas en las edades de las que han sufrido los abusos sexuales
de dicho monstruo, han estado preocupados y en una alarma constante, temiendo
que sus hijas pudieran sufrir el ataque de dicho indeseable, o de cualquier
otro pederasta, porque la pederastia es una lacra social desgraciadamente muy
extendida no sólo en nuestro país sino en todo el mundo.
Una vez que han
detenido al supuesto culpable de dichos abusos repugnantes con víctimas ciertas
y no supuestas, la Guardia Civil ha comunicado una serie de señales de alarma
que presentan los menores abusados para que los padres puedan detectar a tiempo
si sus hijos sufren dichos abusos y puedan consultar rápidamente con los
especialistas (pediatras o médicos de familia) a fin de que confirmen, o no, si
las sospechas despertadas por la conducta anómala del menor corresponden a un
abuso sexual y no a otras causas que pueden tener incidencia en la conducta del
menor afectado.
Por ser una
cuestión de importancia en esta sociedad donde abundan los depredadores
sexuales y los niños están muchas veces a su alcance sin que los padres o
cuidadores puedan advertir el peligro que ello representa, creo que es importante
señalar cuáles son los posibles cambios
de actitudes que sufren los menores y que sus padres pueden advertir y tomar
las medidas oportunas, según el citado comunicado de la Guardia Civil que ha
sido publicado en la prensa, aunque también advierte que «No existen signos
indiscutibles que indiquen la presencia de abuso sexual en menores», por lo que
aconseja que cada caso sea siempre valorado por el pediatra o médico, ya que
los niños, por regla general, suelen hacer preguntas sobre el sexo y muestran
curiosidad sobre dicho tema que puede alarmar a los padres, además de presentar
un comportamiento impropio a su edad o costumbres que pueden también ser motivo
de sospechas. Por ese motivo, es imprescindible que los padres sepan cuáles son
aquellos signos alarmantes que sí pueden indicar la posible existencia de
abusos sexuales, pero siempre deben ser valorados por profesionales de la
medicina.
- Cambios muy
acusados de comportamiento: pérdida de apetito, llanto continuado y sin
aparente motivo, pesadillas, miedo a la oscuridad u otros temores que antes no
tenía.
- Retroceso en
su comportamiento que se expresa en actos que corresponden a edades menores,
como orinarse en la cama, chuparse el dedo, etc.
- Expresan algunos aspectos de las
relaciones sexuales mantenidas a través de dibujos, juegos, vocabulario, etc.
- Se niegan a asistir a la escuela con total
rechazo.
- Expresan miedo a una persona
determinada o a estar o ser dejados en un lugar concreto.
- Muestran una agresividad muy acusada.
. Autolesiones
o accidentes continuos y, además, pueden tener conductas suicidas.
- Ropa interior desgarrada o rota,
manchada o especialmente sucia.
- Sangre en la vagina o el recto,
picor, dolor o inflamación de genitales.
- Infecciones vaginales o algún otro tipo de dolencia de origen
sexual.
Todos estos
consejos son de primordial importancia para que quienes tienen hijos o nietos a
su cuidado puedan detectar a tiempo cualquier conducta anómala en los pequeños
que puedan significar un motivo de alarma. Después los profesionales de la
salud podrán llegar a averiguar si los menores que presentan dicho conjunto de
síntomas son verdaderamente abusados, o están causados por otras cuestiones que
también es necesario averiguar para tomar
las decisiones oportunas para que
desaparezca el motivo de dicha conducta anómala y repetida de los niños que
necesitan ser ayudados, quienes sólo expresan su angustia y sufrimiento a
través del cambio normal de su conducta en un grito mudo de dolor.
Desgraciadamente,
la lacra que representa la pederastia que ha existido a lo largo de la historia
de la humanidad, con mayor o menor tolerancia y aceptación, se alimenta de
víctimas inocentes que quedan marcadas de por vida por unas terribles
experiencias que nunca debieron vivir y que son causadas por esas ratas de
cloaca como son los pederastas a los que la ley no debería dejar en libertad
con tanta facilidad como sucede en la actualidad, a pesar del juicio negativo
de los psicólogos de prisiones que advierten que muchos de ellos no están curados
de su terrible anomalía psíquica, por lo que representan un peligro social
evidente. Así fue el caso del asesino de Olga Sangrador Caballo, que murió enterrada
viva, después de ser violada por el canalla que la violó y mató que estaba
disfrutando de un permiso carcelario de fin de semana cuando cumplía condena
por hechos similares, aunque era también un padre de familia con hijos
pequeños, lo que hace a este terrible caso más repugnante y terrorífico.
España es el
segundo país del mundo con más descargas de archivos pornográficos infantiles
que consumen los pedófilos y pederastas (los primeros miran y consumen dicha
pornografía infantil; los segundos, además, actúan y comenten los horrendos
abusos sexuales de menores). Con un asqueroso honor como es el consumo de tan
nauseabundo material, no es posible pensar que estamos en un país seguro en
cuanto a la pederastia se refiere, sino todo lo contrario como muestran las
noticias que ofrece la actualidad incansablemente de tan terribles sucesos. Por
eso, es tan importante que en el seno de la familia tanto los padres, como en
la escuela los profesores y tutores, estén pendientes de cualquier síntoma que
pueda despertar las alarmas sobre posibles niños abusados, según los cambios de
conducta descritos por la Guardia Civil.
No se debe bajar la guardia porque el supuesto
pederasta de Ciudad Lineal esté en prisión, ya que hay cientos, miles de
pederastas que están buscando siempre satisfacer sus aberrantes instintos en
los seres más inocentes y vulnerables como son los niños que, sólo después de
ser cometidos los abusos, es cuando empiezan a manifestar una conducta anómala
que puede encender la luz de alarma. Desgraciadamente, siempre se enciende después de que el abuso se haya
consumado y el daño físico y psíquico al niño/a abusado/a ya está hecho y le
acompañará de por vida.
Lo importante,
por ello, es estar atentos y no bajar la guardia nunca, pensando que en el
parque de la comunidad, en la calle al lado del portal, o a la ida o vuelta del
colegio que está tan cerca, el niño/a está a salvo, porque las calles están
abiertas a los depredadores sexuales a los que no se les puede reconocer a priori ni en aspecto ni en
comportamiento, ya que su modus operandi les
pide pasar inadvertidos para elegir a la presa más vulnerable y poder así
saciar sus perversos instintos.
Todos pueden
ser pederastas, desde el que tiene el aspecto más inofensivo de abuelo sentado
en un banco del parque mientras juegan los niños a su alrededor, hasta el
estudiante barbilampiño que camina con su mochila cargada de libros. El
pederasta no lleva un cartel que va avisando de su condición ni de sus
intenciones. Éstas sólo se llegan a conocer cuando ya es demasiado tarde para
su víctima que se queda sola ante el peligro para su integridad y su vida que
queda a disposición del miserable que la ha elegido entre otras que también han
corrido el mismo riesgo, pero han tenido más suerte.